El 4 de julio es una fecha emblemática en el calendario de Estados Unidos, marcando la celebración de su independencia de Gran Bretaña. Esta festividad, llena de desfiles, fuegos artificiales y reuniones patrióticas, tiene sus raíces en un periodo histórico de gran turbulencia y transformación.
Contexto Histórico
El 4 de julio de 1776, el Segundo Congreso Continental aprobó la Declaración de Independencia, redactada principalmente por Thomas Jefferson. Este documento fue el resultado de años de tensiones crecientes entre las 13 colonias norteamericanas y la corona británica. Los colonos, insatisfechos con el control británico y la falta de representación en el gobierno, iniciaron una serie de conflictos que desembocaron en la Guerra de Independencia, también conocida como la Revolución Americana (1775-1783).
Las hostilidades comenzaron con las batallas de Lexington y Concord en 1775 y se intensificaron hasta convertirse en una guerra a gran escala entre el Ejército Continental y las fuerzas británicas. En 1778, la guerra se internacionalizó con la entrada de Francia y España en apoyo a las colonias americanas, culminando en la rendición británica en Yorktown en 1781. Finalmente, el Tratado de París de 1783 reconoció oficialmente a los Estados Unidos como una nación independiente.
La Declaración de Independencia
La Declaración de Independencia no solo proclamó la autonomía de las colonias, sino que también estableció principios fundamentales que han perdurado en la cultura y legislación estadounidenses. Thomas Jefferson, junto con otros miembros del comité como John Adams y Benjamin Franklin, plasmó en el documento ideas de igualdad y derechos inalienables: «Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad».
El documento fue revisado y aprobado el 4 de julio de 1776 en la Pennsylvania State House de Filadelfia, hoy conocida como Independence Hall. Esta aprobación marcó el nacimiento oficial de los Estados Unidos como una nación independiente, aunque Gran Bretaña no reconoció esta independencia hasta años después.
Celebraciones Actuales
Hoy en día, el 4 de julio se celebra en todo Estados Unidos con gran fervor. Ciudades y pueblos de todo el país organizan desfiles, espectáculos de fuegos artificiales, picnics y eventos comunitarios. Las banderas estadounidenses ondean por doquier, y es común ver a las personas vestidas de rojo, blanco y azul, los colores de la bandera.
Desde la costa este hasta la oeste, las celebraciones reflejan el orgullo nacional y la gratitud por los sacrificios realizados por los fundadores del país. En Washington, D.C., por ejemplo, se llevan a cabo algunos de los desfiles y espectáculos de fuegos artificiales más impresionantes, atrayendo a miles de visitantes de todas partes del país y del mundo.
El 4 de julio es más que una simple festividad; es un recordatorio del espíritu de libertad y autodeterminación que define a los Estados Unidos desde su nacimiento.