Los looks más memorables de la segunda investidura de Trump

El sombrero de Melania

El llamativo sombrero azul marino de Eric Javits de Melania Trump, que ocultaba la vista, fue una de las mayores declaraciones de moda de la mañana. El ala del sombrero era tan ancha que impidió que el presidente le diera un beso a su esposa justo antes de su juramentación.


El conjunto rosa de Usha Vance

Entre los sombreros dramáticos de Melania Trump e Ivanka Trump y los brillantes rizos de Utah de Kristi L. Noem, Lara Trump y Tiffany Trump, las mujeres del séquito del nuevo presidente comparten un look claramente moderno, listo para los focos. Pero la nueva segunda dama de los Estados Unidos lucía una figura sorprendentemente tradicional a su lado: con un vestido-abrigo rosa pálido, estructurado y recatado, y el cabello recogido en un elegante recogido, el look de Usha Vance evocaba a las primeras damas de una era anterior.

Los cortos de John Fetterman

La temperatura en Washington el día de la inauguración era de 27 grados, lo suficientemente fría como para que la ceremonia tuviera que realizarse en un espacio cerrado. Y, sin embargo, el senador John Fetterman (demócrata por Pensilvania) llevaba pantalones cortos y una sudadera con capucha de Carhartt. La vestimenta informal de Fetterman se ha convertido en una de sus características definitorias, así que ¿por qué el día de la inauguración iba a ser diferente?


El top lencero de Lauren Sánchez

La ropa interior como prenda de abrigo no había estado tan de moda desde la gira Blonde Ambition de Madonna: hoy en día, multitud de vestidos de novia y vestidos de los Oscar presentan ballenas de corsé y aros de sujetador visibles. Aun así, Lauren Sánchez, prometida del fundador de Amazon (y propietario del Washington Post) Jeff Bezos, logró llevar el estilo a un nuevo nivel el lunes cuando lució un llamativo top blanco de encaje estilo corsé debajo de un blazer del mismo tono.

Jill Biden con un vestido morado majestuoso

La primera dama saliente repitió su look de la investidura de hace cuatro años, en verde azulado, con un look igualmente monocromático, suntuoso y saturado: un abrigo y un vestido de color púrpura real, con guantes y zapatos de tacón a juego. En un día en el que su presencia en sí misma indicaba un compromiso con el bipartidismo, su elección de color reiteró el mensaje.

Fuente: The Washington Post

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