Por: Julio Reyes
En los próximos cinco años, los dominicanos esperamos varias cosas en diferentes ámbitos, basadas en tendencias actuales y proyecciones. Algunas de estas expectativas incluyen:
Crecimiento económico: Se espera que la economía dominicana continúe creciendo, impulsada por sectores como el turismo, la agricultura y las zonas francas. Sin embargo, esto dependerá de factores globales, como la recuperación económica tras la pandemia y la estabilidad de los mercados internacionales, y de cómo será la política de los Estados Unidos con el nuevo gobernante Donald Trump.
Así esperamos mejoras en la infraestructura vial, sanitaria y educativa. Proyectos de construcción y mantenimiento podrían ser prioridad para el gobierno y el sector privado.
Igualmente esperamos que se continue con la inversión, que sea una expectativa constante, con el deseo de mejorar la calidad educativa y aumentar el acceso a la formación técnica y profesional, vital para el desarrollo de nuestra nación.
Es de importancia capital una mejora en el sistema de salud, tanto en infraestructura como en acceso a servicios, es una expectativa importante, especialmente después de la pandemia de COVID-19.
El cambio climático y sostenibilidad: en este punto es bueno señalar la creciente preocupación por el cambio climático, según los expertos en el tema, por lo cual esperamos políticas más efectivas de sostenibilidad y protección ambiental.
Tenemos las iniciativas de inclusión social: Hay un interés creciente en políticas que promuevan la equidad y la inclusión social, abarcando temas de vivienda, empleo y derechos humanos.
Seguridad ciudadana: Se esperan nuevos planteamientos y posibles soluciones en la lucha contra la criminalidad y la violencia es una de las preocupaciones principales, y muchos esperan iniciativas que aborden estos problemas de manera efectiva.
Tecnología e innovación: Se espera un aumento en la adopción de tecnologías digitales y la innovación en diversos sectores, lo cual podría impulsar la economía y mejorar la calidad de vida. Este importante tema hay que asumirlo por completo y no escatimar en gastos para ponernos a la vanguardia de la tecnología, con todo lo que esto implica.
Desgraciadamente, ya que no hay una política de Estado que le dé continuidad a estas proyecciones, por razones de índole politiquera, pueden variar según ese contexto político, económico y social del país, así como por influencias externas.